martes, febrero 20, 2007


La nueva rutina. (O toda una vida tapando agujeros.)

No tenia ni idea de lo que se le venia.
Cuando el humilde sereno de la fábrica llego a la cantina como todas las noches, no esperaba la increíble noticia.
El mozo se acerco al veterano con una sonrisa inmensa y le dijo a los gritos sin preámbulos:
"¡Lo sacamos loco, lo sacamos!... ¿pero nadie te había dicho?... ¡¡le pegamos al gordo de fin de año con el colectivo, ñato, le pegamos!! ¿sabes cuanto nos toca a cada uno?...¡¡mas de cuatrocientos mil verdes, mas de cuatrocientos chalas verdes!! pero... ¡me entendiste o no me entendiste, loco,! ¿no vas a decir nada?"

El obrero gastronómico estaba eufórico.
Y el pobre hombre acostumbrado a una vida de privaciones, a permanentes cenas de mínimo costo si tenía los pocos pesos necesarios y de no tenerlos al mate, engañador del hambre y fiel compañero del humilde, parecía como adormilado.
Es que estaba confundido por la noticia inmensa, obnubilado por algo que no podía entender completamente, incapáz de asumir así, de golpe, algo que cambiaba todo, que pateaba el tablero de su existencia. Quedó repitiendo en voz baja:
"¿Lo sacamos?... ¿el gordo de fin de año?... ¿vos no me estas jodiendo, negrito?" y en un empuje de liberación dijo casi gritando: ¡LO PARIO!, quedo pensando unos segundos nuevamente y siguió:
"Entonces sabes que: hoy no me traigas las croquetas de siempre ni el vasito de agua, no. Hoy... hoy... que joder, ¡¡HOY TRAEME EL PLATO DEL DÍA, TRAEME!! y un litro de cerveza... ¡si loco, si, UN-LI-TRO-DE-CER-VE-ZA! y hoy también... si, hoy si... postre traeme, traeme postre carajo, mirá...¡FLAN CON DULCE DE LECHE TRAEME CHE!, y te digo más negrito, te digo más... ¿sabes que? ¡TRAEME DOS!, ¡SI NEGRITO DOS TRAEME, DOS FLANES CON DULCE DE LECHE TRAEME, PA-RA-MI-SO-LO!, ¡que mierda!, traeme dos flanes con dulce de leche traeme, que total ahora somos ricos, somos... no lo puedo creer mi hermano, ¡que lo parió! ¡METIMOS EL GORDO DE FIN DE AÑO!, y quedo hablando para si mismo en voz bajita, los codos sobre la mesa, la mano derecha sosteniendo la quijada, acariciándose la cabeza de escaso pelo canoso con la izquierda, la espalda mas arqueada que de costumbre buscando apoyarse sobre la mesa redonda de cármica marrón y con la mirada fija en un viejo calendario grasiento del año pasado colgado en la pared:

"El gordo de fin de año... ¡pahhhhh!".


3 comentarios:

Horacio Fioriello dijo...

querido Senén, desde esta vos que dice de nuestras indiosingracias encuentro esa reflexion tan temida,... y si tubieramos esa torta de guita, cambiaria nuestra vida? le tengo miedo a la respuesta...
Buen relato en el lenguaje callejero del hombre común, buena moraleja.
cómodo en tu casa.
Horacio

Maria Ines dijo...

Senén:
Uruguay, Argentina, Argentina, Uruguay, ya no importa quién primero quién después, interesan las naturalezas en común, la metáfora que sólo entendemos los rioplatenses, porque sabemos qué significa ese conjunto de palabras...
...Y todo está inmerso en ese sueño que nos permite un ambiente de necesidad.
Si no existiera el apremio no existiría ese sueño de una lotería que no fue. Es parte de esta idiosincrasia que nos caracteriza y que en definitiva es nuestra marca registrada.
Un gran abrazo

Anónimo dijo...

No soy Rioplatense , pero desde mi Colombia es fácil comprenderlo . Son los sueños de muchos en el mundo " la loteria " como sofisma de distracción, como solución a las carencias pero no a las dolencias del alma . Para mi un relato muy universal , hasta para los más " desarrollados ".

Paz/